El día que me enteré de tu accidente, al terminar de celebrar
Aún no sabía que te habías ido para siempre, que habías dejado este mundo con la misma sencillez con la que habías vivido. Que ya no te volvería a ver físicamente, pero nos volveremos a encontrar, tengo esa certeza, el día de la resurrección.
No me salen palabras para resumir tu bondad, tu sabiduría de muchísimas experiencias, el despedir a los tuyos, a tu hijito, a tu esposo, a tu madre, y a tus hermanos, pero siempre con deseos de luchar, de salir adelante, de no sacarle el cuerpo a las cosas, de dar siempre a los demás tu cariño y amor, de dar tu tiempo, para los niños de la escuela durante mas de 40 años, y de los “Enanitos Verdes”, el orgullo que sentías de servir, siempre con sencillez, sin esperar reconocimientos, porque nunca quisiste aplausos.
Mujer sencilla, buena, trabajadora, mujer grande como dice la palabra de Dios,siempre preocupada por tus hijos, tus nietos, tu familia y tus amigos, siempre dispuesta a dar una mano, haciendo un culto de la amistad.
Viviendo siempre en la pobreza y sencillez, nunca pediste nada para vos, porque siempre sentías la alegría de dar….. Siempre con fé y con alegría.
Por eso me nace decirte…. Hasta Pronto
Hasta que volvamos a vernos, descansa en paz de tus fatigas, porque tus obras te acompañan.
Descansa en la felicidad del reino de los cielos…
Maria Antonia Cuccaro (QEPD)
Namasté
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